lunes, 13 de febrero de 2017

Letras de un cumpleañero rebelde



Ya han pasado 48 años desde que el rebelde por excelencia nació. Aquel que logró sintetizar en letras y melodías tanto la esencia del descontrol absoluto como la agonía y el amor desesperado de toda la juventud peruana. Hoy el gran Pedro Suárez Vértiz cumple un año más de vida y si bien dios no le permite seguir cantando, si ha permitido que su legado musical siga extendiéndose y perdure en las nuevas generaciones.  

Pedrito desde que estaba en el colegio empezó a escribir sus primeros versos, aquellos que más adelante inmortalizaría en Arena Hash, grupo que llegaría a formar con su hermano y un par de amigos, que alcanzaría el éxito en los años 80´s y parte de los 90´s.  
  
Sus dotes artísticos vienen de familia, aunque no exactamente de la música. Su abuelo, pintor retratista; y su padre, artista plástico, son muestra de que él lleva el arte en su sangre.


Fueron su pinta y actitud lo que terminaron de redondear la idea del rockero rebelde. Ése que se descontrolaba con canciones como “Degeneración actual”, “Los globos del cielo” y “Mi auto era una Rana”; y además podía mostrar su lado más sufridamente romántico con canciones como “Me elevé” y “Lo olvidé”.

Con el paso del tiempo el Pedrito rebelde fue madurando y adoptando otros nuevos ideales. Aunque muchos adoraban verlo en los escenarios con su guitarra y chaqueta de cuero, otros disfrutaban cuando se sentaba frente al piano. Sin embargo, no eran los únicos instrumentos que tocaba, a la lista se le suman la armónica, el teclado y la batería. 

El músico, cantante, compositor, productor y escritor peruano, también estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima especializándose en radio, cine y televisión.

Entre los premios y reconocimientos que ha recibido destacan las “Palmas Musicales Eduardo Márquez Talledo” por parte de la Asociación de Autores y Compositores del Perú; Disco de oro, doble y triple platino; el galardón “Save the planet” en el Hylton Performing Arts Center de Washington por su labor musical y benéfica hacia el medio ambiente; entre muchos más.


Si bien, Pedro Suárez-Vértiz, hoy en día alejado de los escenarios, de las entrevistas (debido a un desorden nervioso muscular, que no le permite vocalizar bien), no ha dejado de lado la música o el arte. Pasa los días recuperando aquellos momentos, que perdió por sus giras, con su esposa Cinthya Martínez y sus tres hijos.

El no seguir en los escenarios es lo único que ha cambiado en la vida de Pedro, pues sigue escribiendo música en la playa, en su casa, practica deporte, va al estudio, y lo más importante disfruta de su familia.

Hoy, en el día de su onomástico, no dejamos de agradecerle tantas letras y melodías que con solo oírlas recordamos esas aventuras locas que nuestra juventud guarda, además de aquellos amores por los cuales hemos dado más de un suspiro. Porque no importa el tiempo que pase, siempre será aquel rockero descontrolado y romántico, siempre será Pedrito.



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