A inicios del año 2017, la red social LinkedIn, desarrolló una
lista de los empleos mejor pagados en EEUU., y en el puesto 20 se encuentra el
Podólogo que registra ingresos de $150 mil dólares al año.
En Perú, la carrera de Podología no está debidamente
regulada, solo en Lima hay 18 instituciones educativas que la ofrecen como
carrera de corta de un año o como especialización de tres meses, lo que
hace dudar de la calidad de formación que reciben estos profesionales.
Existe una proliferación de pequeños centros que
ofrecen servicios podológicos de manera informal, presentándose al final casos
de mala praxis profesional. Los podólogos en Lima, que, si cuentan con la certificación
y estudios adecuados de valor internacional, los encontramos en hospitales y clínicas
especializadas.
El año pasado se presentó una controversia en el Congreso de la República al regular la protección del consumidor ante las denuncias de mala praxis de cosmiatras y podólogos. Basándose en información del Ministerio de Educación se concluyó que se estaría sobredimensionando el campo de acción de estos “otorgándole calificación para el diagnóstico y tratamiento de patologías del pie humano en general”.
Para poder definir mejor las funciones de un podólogo
se presentó desde hace dos años una propuesta en la
Comisión de Educación del Congreso de la República, para la creación de una Escuela Profesional de Podología. Propuesta que sigue en el
limbo.
De igual manera, la Sociedad Peruana de
Podología, no registra información actualizada de la situación de estos
profesionales a nivel nacional.
Lo que sí es certero es el aumento de lesiones
en extremidades inferiores, como el pie plano que afecta al 10% de la población
peruana, según datos del Ministerio de Salud.
También
es necesario reconocer la diferencia profesional entre el Podólogo y el
Podiatra, siendo el segundo un médico que ha cursado una especialización de dos
años, y su campo de acción se extiende hasta cirugías especializadas.
Otra diferencia profesional es entre el Podólogo
y el Pedicurista, este último cumple funciones más estéticas, mientras que el Podólogo
debidamente especializado y acreditado puede tratar un pie que presente
enfermedades como hongos, callos y uñeros, entre otros.
Los pacientes, en especial de aquellos con enfermedades como diabetes, deben recurrir a clínicas podológicas, que cuenten con un staff de Podólogos acreditados ante el Ministerio de Educación, y que continuamente se estén actualización en nuevas tecnologías, como Láser, para brindar un mejor tratamiento.
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